11 junio, 2006

Sol de Invierno

Debo reconocer que soy una suerte de fanática de recibir regalos.
También me encanta hacer regalos, los pienso mucho y me esfuerzo por regalar siempre cosas que sé que van a a encantar a quien las reciba.
Puede que muchos que me conocen bien sepan ya esto. Lo que quizás muchos no saben es que cualquier cosa que me regalen con cariño, por muy simple o gratis que sea, me hace feliz.
Todo está en el gesto, en el brillo que brota de eso que recibo y que atestigua lo presente que estoy en la vida de otro.
Además, soy extremadamente curiosa.
Trato de encontrar y conocer cosas nuevas constantemente.
Olores, sabores,sonidos, formas, texturas, sensaciones...
Y la música es últimamente un tema en mi vida, un motor de búsqueda.
La radio me exige y me otorga. Me inunda con con sonidos novedosos.
También con nuevas personas.
La retroalimentación es fuerte, se supera la virtualidad, la distancia.
Y si bien creo que messenger es un idioma extraño e incluso dañino, es un canal de intercambio bastante efectivo... y por eso también, bastante peligroso.
Lo virtual puede transformarse en algo psicosomático.
Letras y líneas también pueden tener un efecto sobre la piel.
O seguir rondando los pensamientos y las caminatas diarias.
Más todavía si se trata de una canción. La tarareas en la calle, la repasas en el metro, la escuchas de fondo mientras te mueves.
Uno de los regalos que más me gusta recibir.
La banda sonora de mi vida es real y constantemente se suman canciones nuevas que van necesariamente unidas a caras y a sucesos de mi historia (e histeria) personal.
Siento que la música tiene ese poder: rompe la virtualidad.
Quiebra la frialdad y pliega los kilómetros y los años luz.
Si me regalas una canción, me regalas tu rastro.
La pista para encontrarte en esas notas.

En mis oídos, el Sol de Invierno es más tibio de lo que parece.

08 junio, 2006

curioso

Y pensar que hasta te guardé una cajetilla de cigarros...podría haberlos regalado hace meses.
Todas las expectativas, las ilusiones...bueno, ya de qué sirven. Pero claro, tu realmente no tienes la culpa de nada. Yo soy la de la imaginación desmesurada y la de la paciencia eterna que esperó días y días para verte aparecer y conversarte..y tratar de encontrarte y decifrarte.
Realmente nunca entendí nada. Sigo sin entender y sin entenderte. Puede que seas un ser demasiado complejo, puede ser que mi lógica no alcance. Puede ser que sobrestimé mi inteligencia.
También puede ser que finalmente me volví invisible. Quizás nunca me viste y no fue un desprecio que pasaras por el lado y no te detuvieras a saludar. O puede ser que mi ropa de aquél día fuera el camuflaje adecuado al paisaje gris en que nos cruzamos. Puede ser que de verdad no me hayas visto...
Lo curioso es verte ahora, acostado en mi cama, iluminado tímidamente por la luz de un poste lejano; curioso es ver mi ropa invisible en el piso, ahora tan visible como la tuya.
Tú duermes tan ajeno a esto que escribo, como recuperándote de todo este episodio.
Es curioso que te miro y te miro y sigo sin entenderlo. Sigo sin entenderte.
Y Puede ser que sea aún más curioso que ahora fumo un cigarro de esa cajetilla que guardé desde el verano con tu nombre.
Sí, tu nombre...esa es otra cosa curiosa.

04 junio, 2006

Viento y Mar

"El viento arrima propuestas
mejores que las de antes
ya no son interrogantes
triviales o deshonestas
pero el mar tiene respuestas
que improvisa en el momento
y el diálogo es tan violento
que no podré descansar
mientras no se calme el mar
y no se interrumpa el viento"
(M. Benedetti)



Quién es viento y quién es mar?
Los papeles se repartieron y yo no me di cuenta; presto atención a todo lo que no la merece
y después me pierdo entre las dudas...todo lo que es Sopraval: número uno en pav@.
Mi almohada nunca me dice nada. La pobre sólo recibe y absorve mis angustias y mis temores. No es mi fuente informante.
Las ilusiones las dejo en otro lado; las encierro en mi alma. Ahí mi mismo es donde me duele cuando tengo que desecharlas.
Ahora pienso en las promesas que probablemente no van a cumplirse...puede que sea uno de mis momentos negativos, pero no logro evitar el comienzo de ese dolorcillo que me hace enojar. Porque de todos los dolores que conozco, sólo extraño aquél que es colorido, y que hace bastante tiempo no tengo...
Y no sé si quiero ser mar o viento; he jugado a ser uno y otro...y cansa.
Mi pequeña máquina de sentimientos necesita vacaciones.
Voy a dar un descanso a mis ganas de querer.
Dónde estás? no sé...prohibida la pregunta por un tiempo...estoy en paro.
Dónde estoy? aquí mismo, donde estoy.