Han de ser mil millones las cosas que me pregunto a diario mientras camino por la calle; incluso algunas de ellas ya llevan años zumbando en mi inconciente y, a ratos, en mi conciente, cuando aparecen en forma de flash para recordarme, alegrarme o torturarme por el pasado o por lo pasado.
Están esas preguntas que son de tipo universal, ya que cualquier ser medianamente inteligente sobre esta tierra también se las ha hecho alguna vez:
por qué será que aquellos a quienes más amas y que más te aman, tienen el poder de lastimarte más, así como tú a ellos?
por qué si amar es increíblemente bello, puede llegar a ser el dolor más grande y la tortura más oscura que te toque vivir?
para qué estoy, para quién?
y etc... como para reflexionar para siempre.
Otras preguntas son producto del constante remolino en que se mueven mis ideas y más dependen de mi estado de ánimo o del color del día que de razones más fundamentales:
por qué será que los señores extranjeros que visitan chile andan por Providencia o en el cerro Santa Lucía con trajecitos de explorador_safari? será que en Suecia o en Holanda los folletos de Chile traen la foto de una selva con boas, tucanes, jirafas y leones?
o por qué diablos hay gente sin amor propio (o sin un espejo) que se viste como si fueran supermodelos, en ese afán de usar lo que sea que esté de moda, aunque apenas les quepa?
Y así, cosas que me pregunto y me respondo al minuto con respuestas propias que, así como las mismas preguntas, no le importan a nadie más que a mí.
El resto de las interrogantes son más íntimas, cosas en las que pienso acostada antes de dormirme o antes de levantarme...o cuando ando con la nostalgia pegada a la frente y vuelvo a ver o a encontrar en mi reflejo cosas que creía perdidas o muertas:
Por qué soñé contigo anoche, despues de tanto tiempo?
o por qué a veces siento que mi mamá puede tener razón cuando me dice que, así como soy, voy a terminar sola?
o qué pasa ahora, porque sé que te voy a extrañar pero no sé bien de que forma?
Bueno...preguntas..las típicas..las tontas...las propias. Varias.
Preguntas giratorias y movedizas que me rondarán, quizás, por siempre.