04 marzo, 2007

cambios

Me gustan los cambios.
Puede que al principio me cueste aceptarlos o que me dejen mas de un rasguño por ahí, de esos que arden por varios días...pero a la larga, logro asumirlos, incorporarlos, es mas, agradecerlos...me gusta pensar que todo siempre es para mejor y hasta ahora ha sido así.
Eso de que se cierran unas puertas para que otras puedan ser abiertas, más allá de lo poético que suene, es bastante cierto, casi lógico; al saltar un obstáculo, al mover una gran piedra, te puedes encontrar con un camino y ese camino te puede llevar a lugares y personas que, para bien o para mal, van a enseñarte cosas que van a dejar una marca en tu personalidad. Por eso me gusta conocer gente, ver caras nuevas, contrastar mis maneras con las de otros; poder hacer un ejercicio del tipo "y si yo fuera así..." o "no quisiera ser nunca como..." una especie de autocrítica crítica de mi yo y el entorno...o algo así..
Mi gran falla está en que, una vez que detecto mis debilidades y defectos, o sea, todo eso que debería cambiar, me cuesta hacerlo. La verdad es que no podría decir si realmente he logrado hacer eso alguna vez, eliminar alguna de mis fallas intrínsecas, o sustituir alguna por algo un poco más noble (sin aspirar a sumar una virtud pues sería demasiado ambicioso), pero si algo un tanto más luminoso que pudiera hacer más bien que mal. Porque creo no ser mala...pero no sé si soy necesariamente buena....y creo también que un poco de luz extra no le hace mal a nadie.
Y con respecto al concepto de luz, bueno, puede sonar un poco huachafo (como podría decir Vargas LLosa) y místico, pero va más bien por una cosa icónica.
Ese sería, según yo, uno de los elementos que le dan el encanto a los cambios: se renueva el aire, el entorno, la luz en el ambiente, aún cuando a veces sea en forma brusca y un tanto dolorosa.. porque nada se pierde, sino que se transforma ( y Jorge Drexler tiene toda la razón).
Al final, los cambios siempre llegan, calmados y paulatinamente o furiosos y abruptamente..y yo creo que es mejor tomarlos con ojos curiosos y no desconfiados, y con la mente ansiosa en vez de angustiada.
Así que espero que este año venga lleno de cambios, pero de los buenos, de los que arremeten con fuerza y generan formas grandes, cosas mejores y más felices.
Y lleno también de nuevas personas que me inspiren y me enseñen, que me obliguen a botar mi mediocridad a la basura. Ojalá.